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martes, 15 de mayo de 2012

EL DRAGMA GRIEGO, DE GUINDOS, Y LAS PISTOLAS.

Mientras en el país heleno se desarrolla un drama al más puro estilo griego, y nuestra prima, la de todos, no la mía de Cuenca; que es coja de la pierna izquierda desde que le arrebató la pierna una ballena blanca en el estrecho de Gibraltar; nuestra prima, la de riesgos; y esto se dice en voz baja, está cerca de la cifra del 500; algo así como el Quinto Centenario del Descubrimiento de América, pero a lo bestia, puñalero y por la espalda. Y si fuera poco, el Ministro De Guindos nos suelta aquello tan socorrido de que “un corralito español es un sinsentido”, y uno, o sea yo, que soy muy sentido, me acuerdo del bueno, y gran actor de reparto don José Sazatornil Buendía, “Saza”, soltando voz en grito, y uniformado de benemérito aquello tan locuaz y cabal: “¡Esto es un Sin Dios!”; y pistola en mano se lió a tiros contra el horizonte.
(Cassen y Saza, en secuencia de "Amanece que no es poco")

Y en eso andamos… mientras, como ya saben hago de vientre, sentado en mi trono de roca; nunca mejor dicho, y leo la prensa. Esa prensa en papel, que desmintiendo el mito, a lo “cazadores de mitos”, al final no es tan bueno para limpiarse el culo como uno creía. Es más bien rugoso, y los titulares se te quedan impresos entre cacha y cacha. Así que, ahora, también, se ha venido abajo, lo de limpiarse el culo con la prensa escrita… habrá, que lo hagan los pudientes, que limpiárselo con televisiones LED, por el tema de que casi todos los programas que se emiten son también una mierda.
Pero dejémonos de milongas.
Yo, de verdad, es que añoro la peseta. Y añoro el estado de bienestar, cuando iba al banco y me saludaba el botones, vestido de almirante o general austrohúngaro; y por ir, no sólo te regalaban un paraguas y un llavero, sino también con un crédito personal de tres mil euros y una visa – oro para los imprevistos.
Aun recuerdo, con nostalgia, cuando te llamaban por teléfono y te ofrecían una hipoteca.
-          ¡Le ofrecemos las mejores condiciones!
-          No tengo trabajo, ni sueldo
-          ¡Es lo mismo, ya encontrará trabajo y ya empezará a pagar en cómodos plazos dentro de unos meses!
Y es que tenía razón aquel tipo con acento madrileño, que lo del ladrillo era una buena inversión, y tener un piso en propiedad en más o menos cincuenta años, era todo un patrimonio para dejar en la herencia.
-          ¿Y qué pasa con los nenes? -  Preguntaba mi señora.
-          ¿Qué les pasa?
-          Que son tres.
-          Ah! Pues nada, póngame señor banquero, ¡amigo mío y estimado compañero! Tres kilos, cuarto y mitad de hipotecas para comprar varios pisos.
-          Y el de la playa.
-          Y el de la playa, señor director.
-          Llámame Carlos, corazón.- Me decía zalamero el director bancario.
Ahora, me pregunto yo donde estará ese director. Lo último que oí es que, como San Pedro en su día, renegó de mi hasta tres veces, antes de que cantara el gallo… en fin…  así es la vida, que un día, entre recortes, cortes y “sin dioses” a alguien se le va a ir la pinza, la cabeza y va a perder un tornillo o peor aún, lo empeñará en el Monte de  Piedad. No sólo se pondrá en las barricadas de la puerta del Sol, sino que se alzará con proclamas tan insólitas e inapropiadas como: “Queremos una vivienda”, “Queremos un trabajo”, “Queremos comer”… en resumen, como diría De Guindos, un sinsentido….



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